Entrevista a Matt Groening en Hollywood Reporter

Traducimos el reportaje/entrevista sobre Matt Groening que Hollywood Reporter publicó el 2 de agosto y que originalmente se encuentra aquí.


«Una de las cosas geniales de estos tiempos es que todo el mundo puede comentar», dice Matt Groening, el pionero de la animación, normalmente alejado de la prensa, que ha generado unos cuantos titulares últimamente: algunos sobre su alejamiento de la Fox con su nueva serie animada (Des)encanto (cuyo estreno está previsto en Netflix para el 17 de agosto con 10 episodios) y otros sobre sus respuestas a las críticas a Apu, el tendero inmigrante indio (interpretado por Hank Azaria) de su longevo éxito Los Simpson. Hablando con THR el 26 de julio, entre sus apariciones en la Comic-Con de San Diego y el tour de prensa de la Television Critics Association, Groening, de 64 años, parece estar en un dilema sobre las críticas. ¿Es justo pedir a un creador que cambie a un longevo personaje que le encanta por mucho que el contexto cultural haya cambiado? «No», contesta. Para añadir un momento después: «Estamos en un país libre. Todo el mundo puede decir algo.»

Con (Des)encanto, ambientada en el reino con aire medieval de Utopía, Groening (trabajando con su habitual equipo de animadores de Rough Draft Studios) se pronuncia sobre temas más oscuros que los que se han tratado en sus otras series. «Los Simpson es una comedia familiar, Futurama era una comedia laboral y (Des)encanto es una serie sobre tres personas machacadas -interpretadas por Abbi Jacobson, Nat Faxon y Eric Andre en un mundo mágico que intentan averiguar quiénes son y adónde van», dice. «La serie toma algunas direcciones oscuras y hay algo de tragedia. Si eres sensible, puede que sueltes alguna lágrima en algún momento». También hay un poco de insinuación sexual, desnudez y «material bastante arriesgado», admite Groening. «Pero lo hacemos bastante equilibrado: de las personas que salen desnudas, solo el 50% son personas a las que te gustaría ver desnudas», añade con una carcajada.

Y aunque pueda haber alguna referencia a otros queridos trabajos del mismo género (como Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores y Juego de Tronos), Groening deja claro que su serie no será una sucesión de parodias. «Quisimos que el mundo de Utopía estuviera a tono con la realidad. Encontramos que la mejor forma de contar un arco argumental era escribirlo dramáticamente y luego añadir los chistes.» Sobre la referencia a Juego de Tronos que sale de la nada al principio del primer episodio, añade: «Queríamos quitarla de enmedio cuanto antes porque si no la gente se iba a pasar el rato esperándola».

Aunque (Des)encanto hace referencias a otros trabajos del mismo género (Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores o Juego de Tronos), Groening dice que «Quisimos que el mundo de Utopía estuviera a tono con la realidad».

(Des)encanto, primera serie nueva de Groening desde que Futurama se estrenara hace casi 20 años, es una de las apuestas de más alto perfil de Netflix para competir en el boyante mercado de la animación para adultos, con Amazon y Apple preparando también proyectos similares. Groening comenta que «siempre me ha encantado trabajar para la Fox«, pero que era momento de un cambio. «Y Netflix no podría habernos apoyado más. Básicamente dijeron que sí después de una rapidísima propuesta y desde entonces nos han apoyado totalmente… y eso es poco común en la historia de la televisión. Normalmente hay un montón de preocupaciones y cuestionamientos según pasa el tiempo». Apunta que Futurama nunca recibió mucho amor por parte de la Fox: «No les gustaba absolutamente nada, la programaron a las 19:00 los domingos e hicieron un eslogan que decía: ‘La diversión empieza a las 20:00’. Así que no me hizo falta leer entre líneas».

El flujo de trabajo de una serie de Netflix también es un cambio bienvenido por Groening. «No tenemos que volver atrás y recordar a la gente lo que había pasado previamente en la historia. No necesitamos hacer en cada episodio el reseteo al statu quo, típico de comedia de situación, al que todos estamos acostumbrados». Y el gurú de la animación está satisfecho con la relación que ha construido con el servicio de streaming. «No estamos haciendo (Des)encanto totalmente a escondidas. Netflix ha estado, desde luego, prestando atención; todas las notas de recomendaciones de cambios han sido muy alentadoras y estábamos de acuerdo con algunas de ellas. No me importan esas notas si tienen sentido. Mi experiencia con la Fox y Futurama era que las notas que nos daban eran contradictorias. No podíamos solucionar lo que decían unas notas sin molestar a otro expendedor de notas».

Groening, que vive en la zona de Los Ángeles, lleva con discreción su vida personal (rechaza confirmar cualquier detalle sobre su estado marital o familiar). Terminó con la tira cómica nihilista que lanzó su carrera, Life in Hell (Vida en el Infierno), en 2012, pero el fan de El guardián entre el centeno (atención a la presencia libro en las estanterías en el retrato del comienzo del reportaje, creado para THR por The Ululu Company, la productora de Groening y (Des)encanto) sigue sin aguantar a los farsantes. «Hay un montón de gente que dice que odiaba a Holden Caulfield. Y yo me pongo en plan, ‘¡Esta persona es exactamente de quien habla Holden! ¡Está hablando sobre ti!’ «.

Con una docena de premios Emmy en su haber, Groening es modesto al hablar sobre el éxito de sus creaciones. «Se trata de intentar rodearte de grandes guionistas, animadores, actores y músicos y ver lo que se te ocurre», dice. «Lo que hace que una serie tenga éxito de verdad es que cada uno de los que la hacen ayude a los demás a disfrutar de la experiencia».

En (Des)encanto, le tiene especial cariño a la Princesa Bean, interpretada por Jacobson. «No es una princesa perfecta», apunta. «Sus acciones provocan más consecuencias. Y Abbi proporciona un punto de vista feminista a sus palabras». Y si a los fans les molestan las desventuras con la bebida de la princesa, no conocerán las opiniones al respecto de Groening en Twitter o en cualquier otra red social. «No tengo ningún tipo de presencia en Internet», dice, «porque soy demasiado sensible».

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